
En los últimos años y gracias a las iniciativas y manifestaciones de distintos sectores de la sociedad, el Día Internacional de la Mujer (8M), se ha transformado en un espacio de reflexión que establece nuevos desafíos y acciones para concientizar y evidenciar las brechas de género que aún quedan por acortar. Proyecta ha tomado contacto con ONU Mujeres en Chile para conocer lo que la organización visualiza en materia de género, tanto para el rubro empresarial, como para el entorno social.
Mujeres en el mundo laboral
En relación al desarrollo de las mujeres en el mundo empresarial en los últimos cinco años, ONU Mujeres en Chile enfatiza en las cifras que existen para indicar que la pandemia ha significado una crisis económica que ha afectado a toda la población, pero principalmente, a las mujeres.
En ese sentido, la organización indica que el año pasado, según el Informe de Política Monetaria elaborado por el Banco Central, la pandemia implicó la pérdida de 930 mil puestos de trabajo entre febrero y julio de 2020, afectando en gran medida, a sectores de servicios con fuerte presencia de mujeres, así como también, una restricción de la oferta en donde la tasa de participación femenina pasó de 53% a 41%, repuntando entre febrero y abril 2021 a un 46%.
Las razones de la salida de las mujeres del mundo laboral, apuntaban, principalmente, a la suspensión de clases presenciales y una desigual distribución de las responsabilidades por el trabajo doméstico y el cuidado de niños, niñas, adolescentes, personas de la tercera edad y personas enfermas. Sin embargo, si bien hubo una menor participación de las mujeres en el empleo remunerado, no disminuyeron sus responsabilidades ni las horas trabajadas sin remuneración.
Por ello, María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres en Chile, dice que «es clave empoderar a las mujeres para la transformación social y el crecimiento económico. Cuando más mujeres trabajan, las economías crecen. Además, pueden crear una mejor economía global dado que las empresas con mujeres en puestos ejecutivos logran un rendimiento superior al de empresas sin ellas».En ese sentido, indica que, «según un estudio de Mckinsey Global Institute, se añadirían 28 billones de dólares al PIB mundial si se cerrara la brecha de género y las mujeres pudieran participar equitativamente en la economía».
Por otra parte, destaca los avances que se han realizado hasta hoy, pero que no obstante, «queda bastante camino para alcanzar la igualdad de género. Es por esto que desde ONU Mujeres seguimos abogando para contribuir a la creación de condiciones que favorezcan la participación de las mujeres en el mundo laboral, potenciando sus liderazgos y generando espacios para que formen parte de las instancias de toma de decisiones, en la búsqueda por garantizar todos sus derechos, como terminar con la brecha de género en los sueldos, oportunidades o valoración».
Empoderamiento vs cuestionamiento
Cada vez más las mujeres de diferentes edades toman liderazgo en mesas de diálogo sociales y empresariales. Esto es muy positivo, no solo por la representación femenina en números, sino además, porque impulsa a más mujeres a tomar voz y posición en diversas áreas de desarrollo. De todos modos, todavía existen espacios en la sociedad en dónde el empoderamiento femenino es criticado o puesto en duda desde la argumentación de que, por ejemplo, las empresas posicionan el liderazgo femenino, más por una aprobación social que por real mérito profesional y personal.
Bajo ese sentido, Salamanca es clara en decir que si bien se han realizado esfuerzos por superar aquello, en algunos sectores esas opiniones se encuentran sumamente arraigadas y eso es algo sobre lo que hay que seguir educando, en todas las esferas: educativa, laboral, política, social, personal, etc. «En este sentido, el sector empresarial juega un papel importante en generar acciones concretas para desafiar los roles de género tradicionales y promover su superación, y no en busca de la aprobación social, sino que por ir de la mano con el progreso de la sociedad, y dar cuenta de que existen mujeres tan bien capacitadas y preparadas que los hombres, para ejercer puestos de poder y liderazgo», agrega la coordinadora de ONU Mujeres en Chile.
Desafíos de ONU Mujeres para 2022
«Hay grandes desafíos que abordar en materia de igualdad de género, que son y deben ser temas transversales para la sociedad. Uno de ellos es seguir capacitando e incorporando a las mujeres en las áreas tecnológicas (…), desde la escuela primaria hasta las más altas posiciones de liderazgo en profesiones STEM. Debido a que como ha sido la tónica, la perspectiva de género estuvo ausente de la agenda y de políticas de instituciones que forman parte de los sistemas de ciencia y tecnología de los países, lo que repercutió en su presencia y evidenció la falta de visibilidad que tenía el tema de la igualdad de género».
María Inés Salamanca, también comenta que es urgente avanzar hacia una sociedad del cuidado. Así lo explica: «La necesidad de asumir labores de cuidados sigue siendo una de las razones de la salida del mercado laboral de las mujeres en los últimos años, sobre todo, a raíz de la pandemia, horas que, por lo demás, son trabajadas sin remuneración. Por ejemplo, según datos de la Encuesta de empleo del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC junto a ONU Mujeres (2020), reveló que las mujeres dedicaron 14 horas semanales más que los hombres al cuidado de niños menores de 14 años».
La realidad hace imperativo avanzar hacia redistribuir y reducir el trabajo de cuidados no remunerado asumido en mayor medida por las mujeres, con el objetivo de que la responsabilidad sobre este trabajo fundamental sea valorada y asumida por el Estado, el sector privado, la comunidad, los hogares y entre hombres y mujeres. Salamanca dice que lo anterior se puede lograr a través de la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, y el reconocimiento de estas labores en la propuesta de nueva Constitución, que como dice, «creemos será clave para visibilizar los trabajos de cuidados no remunerados en Chile y como experiencia de aprendizaje para otros procesos futuros».
Asimismo, ante la actual crisis climática que nos afecta y preocupa a toda la sociedad a nivel mundial, sobre todo, luego de extensas sequías, desastres naturales, altas temperaturas y la contaminación, que va en aumento cada día, ONU Mujeres en Chile ha establecido como tema para la conmemoración de este Día Internacional de las Mujeres la “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, que reconoce la contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.
Así, el objetivo de este año es relevar la importancia de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas en el contexto de las políticas y programas relativos al cambio climático, el medio ambiente y la reducción del riesgo de desastres, como un hito fundamental en el camino hacia la construcción de sociedades sostenibles con las mujeres en el centro, y en línea con lo que sostiene la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés), la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
En concordancia con lo anterior, ONU Mujeres ve como uno de los mayores desafíos mundiales del siglo XXI, potenciar la igualdad de género en el contexto de la crisis climática y la reducción del riesgo de desastres. De hecho, esperan que a 2026 aumente el porcentaje de flujos financieros globales para el clima, tanto públicos como privados, destinados e invertidos en soluciones climáticas con justicia de género, en particular, las que se aplican en comunidades de base y rurales. Por otro lado, se debe «aumentar la proporción de mujeres y niñas en cargos de liderazgo y adopción de decisiones en toda la gestión ambiental y climática, así como también, en los sectores relevantes para la transición hacia una economía verde inclusiva, circular y regenerativa de aquí a cuatro años más».
Así entonces, debemos seguir impulsando que la igualdad de género sea transversal al interior de las empresas. Tanto en el sector público, como el privado, se hace necesario trabajar para la cultura de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, a través de la implementación de prácticas y políticas efectivas, además de instar a que más organizaciones tomen acciones en esta materia.