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Nuevos talentos

La pandemia, el constante avance tecnológico y la cosmovisión de las generaciones recientes en cuanto a responsabilidad social y cambio climático, ha ocasionado que sean los nuevos talentos quienes con rigurosidad buscan empleos que estén alineados con sus valores, objetivos y compromisos personales.

Son varios los factores que inciden entre los elementos que hacen que una organización sea atractiva en el mercado laboral. Los valores y la cultura de la empresa; el contenido y los retos que suponen ese empleo; las políticas de remuneración, reconocimiento, desarrollo profesional y, por último, y no menos importante, el entorno de liderazgo y personas con los que los nuevos contratados se van a relacionar.

Para las empresas no es un punto menor liderar y ser reconocidas como las mejores en atracción de Talento. En la actualidad, quienes buscan empleos no solo basan sus postulaciones en un sueldo alto. Los jóvenes van más allá de eso. Hoy las personas se preocupan del foco sostenible que tiene su empleador y qué impactos quieren generar o están generando en el medioambiente y las comunidades. Esto último es lo que se denomina como Employer branding, es decir, la imagen que proyecta la empresa hacia las personas que potencialmente quieren o pueden trabajar en ella, describiendo su reputación como empleadora y su propuesta de valor hacia los empleados.

Asimismo, la visión y los compromisos que esté accionando una empresa, es otro motivo relevante en las postulaciones, entonces cuando una organización está bien y posicionada en cuanto a la atracción de Talento significa que está a la vanguardia de los desafíos del presente y cumple con las expectativas y necesidades que los candidatos buscan.

Por otra parte, dado que más trabajos y roles se han vuelto remotos con el impacto de la pandemia, el mercado de reclutamiento de nuevos talentos es mucho más competitivo causando en los modelos de organización de las empresas importantes transformaciones. Los espacios, las personas, el talento y las tecnologías son los nuevos ejes que determinan la gestión de los recursos humanos obligando a las empresas a replantear sus sistemas de reclutamiento, gestión de talento y sus métodos de trabajo. Así lo confirma, Bernardo Moya, director Organizacional de Proyecta Impacto, «en la actualidad, la distintas organizaciones han visto la necesidad de avanzar o profundizar en las transformación digital no solo de sus servicios, sino también de sus procesos internos, cambiando el paradigma de cómo “conocer” el estado actual de la organización y quienes la conforman y, por otro lado, el cómo generar el impacto o crecimiento deseado dentro de ésta». Bernardo añade que es un desafío en donde la tecnología tiene un rol relevante siempre y cuando sea sumada a distintas iniciativas y la versatilidad de los equipos que están encargados en el desarrollo de la organización.

Un ejemplo de ello es la modalidad del teletrabajo y el ‘smart working’, pues ahora las personas pueden trabajar desde diferentes lugares, y las empresas necesitan tecnologías que faciliten la gestión de datos, conexiones y flexibilidad para hacer eso posible. También ha cambiado la forma de atraer, formar y evaluar el talento, necesitando adoptar un enfoque estratégico que acompaña al trabajador en todo su ciclo para medir su bienestar y productividad en su nuevo puesto laboral.

Según el último informe del Sistema de Análisis de Bolsa de Empleo, las ofertas laborales aumentaron en un 81,5% respecto al 3 de marzo de 2020. Así entonces, a medida que la demanda de nuevos ingresos repunta, sus postulantes también son más estrictos en las necesidades que quieren cubrir y en cómo quieren impactar en sus nuevos puestos de trabajo. Los roles cambian y ahora son las empresas quienes deben competir con sus contrapartes en los procesos de reclutamiento. El director Organizacional de Proyecta comenta que «los procesos de búsqueda y retención de talento, sin duda han avanzado a un ritmo acelerado hacia nuevos factores y condiciones variables que significan la reinvención del proceso desde sus detalles simples a aquellos puntos más complejos. Porque si bien este proceso de transformación tecnológica, ya estaba en marcha pre pandemia, con la llegada de ésta se vio acelerado de forma significativa, planteando nuevos desafíos a abordar por las empresas que son más difíciles de atender por parte de las entidades más tradicionales o  resistentes al cambio».

El profesional continua diciendo que el lograr la homeostasis organizacional sin duda marcó un hito de supervivencia para muchas empresas, pero hoy por hoy, no basta con solo sobrevivir en el proceso, sino saber el cómo sacar ventaja y destacar en el mercado exigente de la búsqueda y retención de talento. «Un factor que actualmente me parece clave e ineludible, es la necesidad de dar énfasis al Employee value proposition de cada organización, definirlo con claridad, comunicarlo y adaptarlo eficientemente. Debe responder no solo al mundo actual, sino ser lo suficientemente flexible, como para responder rápidamente al futuro cercano y sus cambios cada vez más acelerados».

En consecuencia, las tendencias como la digitalización de los procesos de contratación, la continuidad del trabajo remoto y una profundización del compromiso con la diversidad y la inclusión es lo que está dando forma a la atracción de talento en el 2021. «Una empresa  que busque el éxito para sí misma o en comparación a otras empresas, debe comprometerse con definir que este éxito está asociado en el respeto, la confianza y la dedicación de ver a sus colaboradores como personas más que solo recursos. Hay que poner el foco en quienes conforman la organización, su diversidad de opiniones y talento, sus metas, deseos y necesidades, y la capacidad de responder de forma óptima a estos factores, marcan la diferencia entre las empresas».

A causa de ello, un atributo que les permite a las empresas estar dentro de las opciones de postulaciones, es contar con la certificación de Empresas B, cuya obtención la consiguen empresas que operan por medio de propósitos sostenibles alineándose con las necesidades del presente y del futuro. Respecto a esto, Sebastián Aguirre, analista de Oportunidades de Proyecta, indica que «ser empresa B, significa internamente, un beneficio para las empresas y organizaciones. Porque ser empresa B es también preocuparse de sus trabajadores y trabajadoras y eso para los jóvenes y nuevos talentos es fundamental».

Danielle Vernier

Periodista y escritora especializada en empresas, sostenibilidad, medioambiente, política y sociedad.