
Que un modelo de negocio priorice maximizar sus beneficios financieros por sobre cualquier otro parámetro y sin tener interés acerca de su impacto en la comunidad, es cosa del pasado porque en la actualidad, las empresas se están adentrando a una realidad de sostenibilidad empresarial donde predomina la conciencia ambiental y social como ventaja competitiva y posicionamiento de liderazgo, ya sea promoviendo el impacto positivo o mitigando el impacto negativo de la empresa.
El entorno señala a todas luces que ser más consciente del valor y la importancia de cuidar el medioambiente y ejecutar acciones para ello por medio de la estructuración de las estrategias de sostenibilidad de las empresas, se ha convertido en una gran ventaja competitiva, sobre todo, cuando el entorno global es cada vez más exigente en cuanto a normativas ambientales y laborales.
La sostenibilidad empresarial es vital cuando un negocio busca convertirse en un verdadero agente de cambio, pues los objetivos de la empresa comienzan a recaer en minimizar los efectos negativos en materia de ecología, sociedad y finanzas, convirtiendo el Triple Impacto en la base de sus operaciones.
Cuando se habla de sostenibilidad empresarial se hace referencia a la implementación de un modelo de negocio que no perjudique, a través de su actividad, los recursos naturales del planeta y su entorno, ya que sabemos que la naturaleza no es una fuente inagotable de recursos, concepto que nace en torno a las consecuencias del crecimiento económico
Lo anterior es también resultado del cambio generacional de las últimas décadas, en donde los usuarios y clientes demandan a las organizaciones mayor conciencia respecto a sus impactos en el cambio climático, desde el diseño de productos o servicios, como también, en el impacto en las comunidades locales de las operaciones, empujando a que las empresas integren el concepto de sostenibilidad tanto en sus estrategias de negocio como en la cultura empresarial
Sostenibilidad es igual a rentabilidad
Las empresas que ponen en práctica acciones sostenibles también están impulsando su rentabilidad, esto porque una empresa comprometida con el bienestar social y la protección ambiental, logra conquistar, satisfacer y fidelizar a los consumidores conscientes en factores medioambientales, consiguiendo de esta manera, aumentar sus ingresos, fidelidad de marca y su potencial de rentabilidad.
Pues las empresas que promueven la sostenibilidad son más resilientes ante externalidades negativas o crisis económicas debido a que miden y gestionan sus métricas de impacto y promueven sus buenas prácticas a través de procedimientos formales.
Asimismo, la empresa asegura continuidad en el tiempo ya que aumenta la probabilidad de mantenerse activa en el mercado por el hecho de adaptarse a los cambios y tendencias derivados de un consumo más consciente.
Luego está el factor de diferenciación, esto es porque la sostenibilidad aporta una gran ventaja ante la competencia, aquí es donde se sitúan en el escenario de las empresas las estrategias de sostenibilidad para destacar en los rubros y liderar en cuanto a acciones e implementaciones sostenibles.
¡Pero ojo! La diferenciación también está en la capacidad de innovación porque para cambiar la forma tradicional de una empresa a una forma sostenible, la innovación constante es la clave para no fallar en el intento y mantenerse vigente a los desafíos globales.
Bajo la misma línea, con la eficiencia en el uso de recursos como energía eléctrica, agua y combustible, las empresas logran economizar dinero, al paso que añaden valor a la marca ante su público objetivo e inversores. En definitiva, promover el desarrollo sostenible es un valor diferencial que posicionará a tu empresa dentro del escenario global de las grandes organizaciones que asimilan los desafíos globales de la sostenibilidad y aplican acciones para promoverla.