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Derechos Humanos

Los Derechos Humanos representan un conjunto de principios universales que deben ser garantizados en virtud de la dignidad de las personas. Estos derechos son exigibles a las autoridades estatales y deben ser respetados, al mismo tiempo, por todas las personas. En sí, los derechos humanos buscan la dignidad y el bienestar como una exigencia justa del bien común de todos y todas, en donde lo principal es el principio de igualdad y no discriminación. Por su parte, la sostenibilidad busca satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, al mismo tiempo en que se quiere garantizar un equilibrio entre el crecimiento de la economía, el respeto al medioambiente y el bienestar social.

En línea con la crítica situación medioambiental, la guía “Empresas y Derechos Humanos: acciones y casos de éxito en el marco de la Agenda 2030”, presentada en diciembre de 2019, concluye que es fundamental garantizar el derecho a vivir en un ambiente sano y sostenible. Esto significa, por tanto, tener derecho al aire limpio, un clima estable, una biodiversidad próspera y ecosistemas saludables. Hay que esclarecer que aquello no es nuevo porque el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación está garantizado en la Constitución (Artículo 19, Inciso 8), teniendo el Estado el deber de velar a que se cumpla. Pero, la importancia de la conclusión de la guía es que hay una evidencia de que las empresas están tomando conciencia de que tienen que trabajar por contribuir a la garantía de este derecho.

Asimismo, en 2021, la ONU también lo declaró como un derecho universal, en la medida en que de no garantizarse se interfiere con otros derechos, como por ejemplo, el derecho a la salud. Esto, porque los derechos humanos son interdependientes entre sí, y no puede garantizarse un derecho en particular si es que hay otro no resguardado.

Pero, ojo, porque la sostenibilidad no solo tiene que ver con el cambio climático, ya que el medioambiente es solo un pilar de los tres que existen en el Triple Impacto, donde también se incluyen la economía y la sociedad. De hecho, según la ONU, “los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales y el derecho al desarrollo se basan los unos en los otros y avanzan juntos. Por más libertad que tengan las personas para hablar y protestar, no son verdaderamente libres si carecen de alimentos, educación o viviendas adecuadas”.

La Red Iberoamericana de Docentes, en su apartado Educación para la Sostenibilidad, publicó el artículo “Derechos Humanos y Sostenibilidad”, en el que explica que la sostenibilidad está asociada con un profundo cambio cultural que supone, además, la universalización y ampliación de los Derechos Humanos. Por otra parte, la Red indica que la universalización de los Derechos Humanos constituye un requisito de la transición a la sostenibilidad. Agrega que hablar de sociedades sostenibles es equivalente a hablar de pleno respeto a estos derechos y la universalización de los DDHH, al igual que la transición a la sostenibilidad.

En este sentido, la sostenibilidad empresarial y los derechos humanos tienen una conexión que se evidencia en los tres pilares de trabajo decente; algo en lo que Proyecta Impacto ayuda a las empresas por medio de los estudios que se realizan a las organizaciones en torno a Igualdad e Inclusión, Género y Discapacidad; estando conectado, directamente, con los principios de igualdad y no discriminación.

Por su parte, volviendo a la línea de la sostenibilidad, la Agenda 2030 reconoce que las economías inclusivas y participativas, y las sociedades en donde los gobiernos deben rendir cuentas, logran mejores resultados para todas las personas.

Así entonces, los derechos humanos dejan de entenderse como un factor meramente político y comienzan a percibirse verdaderamente universales y esenciales para un desarrollo sostenible. Pues además, como declaración sobre este desarrollo, se hace hincapié en el derecho de todas las personas y los pueblos a una participación libre, activa y significativa, en donde la ONU aclara que respecto a las empresas y los derechos humanos, se establece la obligación de los Estados y las empresas de garantizar que las actividades empresariales no violen los derechos de las personas.

Y esto es muy importante, porque el gran cambio que se ha hecho en los últimos años, es que las empresas están entendiendo que para frenar el cambio climático, y en general, resguardar los derechos humanos, se tiene que pasar de un paradigma en el que los Estados tienen que estar constantemente cuidando que las empresas no transgredan los DDHH, y al mismo tiempo, se responsabilicen de no hacerlo, aún cuando no exista una fiscalización constante.

En la línea de lo medioambiental esto supone que las empresas entiendan que si se mantienen las prácticas que contribuyen al calentamiento global y al deterioro ambiental por razón de generar más utilidades, simplemente se va a llegar a un punto en que la vida en el planeta va a ser insostenible.

Con todo, podemos afirmar que hoy por hoy, las empresas necesitan realizar cuatro grandes transformaciones para contribuir al resguardo y garantía de los Derechos Humanos:

  1. Apoyar la prevención de conflictos, violencia e inseguridad
  2. Proteger y ampliar los espacios cívicos
  3. Apoyar y aumentar el alcance mundial de los derechos humanos
  4. Cumplir con los derechos humanos en el contexto de las preocupaciones mundiales emergentes (cuestiones frontera en materia de derechos humanos)
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Danielle Vernier

Periodista y escritora especializada en empresas, sostenibilidad, medioambiente, política y sociedad.