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Desde hace mucho tiempo la sostenibilidad se convirtió en uno de los focos de trabajo de diversos grupos sociales e instituciones a lo largo del mundo, los cuales se han encargado de concientizar y exigir cambios a nivel legislativo, de producción e incluso marcando la pauta de consumo de diferentes productos y servicios.

A esto se suma que en los últimos años hemos visto como, producto de los efectos del cambio climático, se han alterado significativamente aspectos como la disponibilidad de recursos naturales y materias primas, aumento en la migración y reubicación de población a raíz de desastres naturales, inhabitabilidad de espacios por sobreexplotación del lugar físico, alta contaminación del aire, entre tantos otros.

CSRD y los ESRS

Con esto es importante comprender que todos los efectos del cambio climático afectan, en mayor o menor medida, los procesos productivos de las empresas a nivel mundial. Al no contar con la misma disponibilidad de los recursos necesarios para producir, las empresas deben cerrar algunas operaciones o reducir su nivel de producción, lo que se traduce en un impacto social negativo al eliminar puestos de trabajo o elevar los costos de productos y servicios.

Asimismo, consumir recursos naturales y espacios de manera desmedida, y emitir altas concentraciones de CO2 afecta la presencia de flora y fauna local, alterando los ciclos naturales del planeta y por supuesto, la vida de las distintas comunidades aledañas a la operación de las empresas.

Empresas: considerando la sostenibilidad

Esto indudablemente ha obligado a las empresas a considerar la sostenibilidad como un factor importante al momento de desarrollar el negocio. Sin embargo, cada empresa y cada industria avanza a un ritmo distinto dependiendo del tamaño y de la ubicación geográfica en la cual opera, lo que muchas veces dificulta la capacidad de grupos externos, como inversionistas, consumidores, proveedores, entre otros, de comparar el desempeño de las empresas antes de tener cualquier tipo de relación comercial con ellas.

En este sentido, es de vital importancia contar con un documento de divulgación como un reporte de sostenibilidad o una Memoria Integrada, que relate y demuestre sus avances en materia de sostenibilidad, y que sea elaborado bajo algún marco de reportabilidad confiable, como GRI o SASB. Sin embargo durante el 2024 se incorporó un nuevo estándar específicamente para la Unión Europea: El ESRS de la CSRD.

¿Qué es la CSRD y cuál es su objetivo?

El CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) tiene como objetivo mejorar la transparencia de las empresas en cuanto a su desempeño en materia de sostenibilidad, posicionando esta gestión en el mismo nivel de relevancia que los informes financieros.

Esta nueva normativa aplica a más de 50.000 empresas, un alcance mucho más amplio que la normativa anterior, la cual aplicaba solamente para 12.000. 

De la mano con las nuevas exigencias y tendencias en materia de identificación de impactos, la norma también considera como obligatorio realizar un análisis de doble materialidad.

CSRD y los ESRS

Los estándares europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS)

Los ESRS son los estándares que propone la CRSD para guiar a las empresas en la elaboración de su reporte de sostenibilidad. 

Estos estándares están alineados con las directrices del Global Reporting Initiative (GRI), con el propósito de utilizar un marco de reportabilidad confiable, comparable y que respete los principios de puntualidad de publicación y pertinencia de los contenidos. Se dividen en:

CSRD y los ESRS

Similitudes con otros estándares de reportabilidad: GRI y la NCG 461 en Chile

La CSRD y los ESRS guardan similitudes con otros marcos de reportabilidad reconocidos internacionalmente, como por ejemplo GRI. Ambos promueven la transparencia al momento de la divulgación, velando por entregar a los distintos grupos de interés información detallada acerca de la gestión en términos cuantitativos y cualitativos, y establece indicadores específicos relacionados a los posibles impactos ambientales y sociales de las empresas. Sin embargo, GRI tiene un enfoque global, mientras que los ESRS están elaborados bajo las particularidades del contexto europeo. Puedes tener información completa de GRI, en este artículo.

Llevando esta normativa a una comparación local, en Chile la Norma de Carácter General 461 (NCG 461) de la CMF también tiene puntos en común con la CSRD y los ESRS. En nuestro país, específicamente desde el 2022, la CMF considera como obligatorio que las empresas transparenten en sus memorias corporativas información acerca de la gestión de la sostenibilidad y cómo se integran estas responsabilidades en el desarrollo de la estrategia de negocio. Tal como la CSRD, la CMF considera que esta información es igual de relevante que los estados financieros anuales.

Algunos de los contenidos solicitados tanto por la NCG 461 como por la CSRD son: 

  • Información para comprender el impacto de la operación de la empresa en cuestiones relacionadas a la sostenibilidad, y cómo estos impactos y desafíos derivados de la sostenibilidad afectan la evolución, resultados y continuidad de la empresa. 
  • Descripción del modelo de negocio y la estrategia de la empresa, incluyendo los objetivos con horizonte temporal relativos a las cuestiones de sostenibilidad (por ejemplo, objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero)
  • Descripción de los principales riesgos relacionados a la sostenibilidad
  • Descripción de la función de los órganos de gobierno de la empresa en lo que respecta a la gestión de la sostenibilidad. 
  • Descripción de las políticas de la empresa que se relacionan con la sostenibilidad
  • Información sobre los sistemas de incentivos ligados a los asuntos de sostenibilidad
  • Descripción del proceso de debida diligencia
  • Información acerca de la cadena de valor, productos y servicios de la empresa.
  • Indicadores cuantitativos y cualitativos de sostenibilidad que correspondan a la empresa y su industria.

La CSRD además indica que toda la información debe ser presentada en un formato accesible, debe ser pública y debe ser verificada por un tercero independiente.

Conclusión

La CSRD y los ESRS, al igual que los distintos marcos de reportabilidad internacional como GRI y SASB, o las normativas locales como la NCG 461, no son en realidad una exigencia normativa y de reporte arbitraria, sino más bien una manera de llamar la atención de las empresas, para concientizar acerca de la urgencia de gestionar estos temas, invitándolas a mapear sus impactos y entender cómo las problemáticas del cambio climático afectarán a sus operaciones en el corto, mediano y largo plazo.

Por lo tanto, las normativas, estándares y marcos de reportabilidad no son una lista de requerimientos exhaustivos que responder, sino la estructura base de una estrategia de negocios sostenible, una que aumentará el impacto positivo en su entorno, minimizando los impactos negativos y finalmente garantizando la continuidad de la operación.

La sostenibilidad, en todas sus formas, no es una obligación regulatoria ni mucho menos un asunto de marketing, es la oportunidad de adaptar el modelo de producción y de vida a uno más consciente, eficiente y en armonía con cada uno de los seres que habitamos el único hogar que tenemos: El Planeta.

Tamara Rojas

Relacionadora pública y consultora Senior del área de Sostenibilidad Estratégica de Proyecta Impacto, enfocada en Análisis de Materialidad, Reportes de Sostenibilidad, Memorias Integradas y Estrategias de Sostenibilidad.

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